Bienvenidos a esta web dedicada a conocer y difundir las coloridas y alegres fiestas tradicionales que cada año se celebran en Chambo, un pequeño pero encantador cantón ubicado en la provincia de Chimborazo, Ecuador.
Chambo es conocido por conservar vivas varias expresiones de su folclore y tradiciones populares. A lo largo del año, los chambusenses mantienen sus costumbres en torno a diversas festividades religiosas y paganas que han pasado de generación en generación.
En esta web realizaremos un recorrido por las principales fiestas tradicionales que dan vida al espíritu de la comunidad chambusense. Conoceremos el origen, características, y tradiciones particulares de cada una de estas celebraciones que le dan un sello único a la identidad cultural de este rincón de los Andes ecuatorianos.
Acompáñenos a descubrir la Pascua, Corpus Cristi, el Carnaval, la Mama Negra y otras festividades que marcan el ritmo del calendario anual de fiestas en Chambo. Una invitación a conocer más sobre nuestro pueblo y su gente a través de la música, bailes, comidas típicas y coloridas tradiciones que mantienen vivas estas entrañables festividades.
Las festividades del Carnaval en Chambo son de las más esperadas y coloridas del año. Durante varios días, las calles de este pequeño poblado andino se llenan de música, bailes, desfiles y mucha alegría para dar la bienvenida a esta celebración de origen pagano.
Todo comienza desde temprano, cuando diversos comparsas conformadas por los lugareños empiezan los preparativos. En las casas se respira el aroma del mote, las papas, el cuy y otros platos tradicionales que degustarán para tomar fuerzas antes de la larga jornada festiva.
Al ritmo de la banda de pueblo, decenas de chambusenses ataviados con elaborados disfraces y máscaras, comienzan la marcha bailando y cantando por las angostas calles del centro histórico. No faltan los tradicionales personajes como el Taita Carnaval, la Cholita, los Constructores y los temidos Uga Ugaitas, quienes no dudan en mojar con agua a los incautos espectadores que se descuidan en la algarabía.
Los guaguas de pan recorren de arriba a abajo el desfile mientras reparten su carga a los asistentes para compartir así la abundancia en estas festividades. También desfilan vistosas carrozas decoradas por las principales familias del pueblo. Y de pronto aparecen los Huacos, divertidos personajes con rostros pintados que bailan sin parar haciendo reír a chicos y grandes con sus ocurrencias.
Así transcurre el Carnaval Chambo, entre comparsas, desfiles, comida, baile y muchas sonrisas. Toda una explosión del jolgorio y la identidad popular que renace cada año para llenar nuevamente sus calles de júbilo y tradición.
La Semana Santa es uno de los momentos más emotivos y significativos para la ferviente comunidad católica de Chambo. Durante estos días, el poblado se volca completamente a conmemorar con profunda devoción la pasión, muerte y resurrección de Jesús a través de antiguas tradiciones transmitidas por generaciones desde la época colonial.
Los preparativos comienzan días antes, cuando decenas de mujeres Chambo se reúnen en los atrios para elaborar las coloridas alfombras de flores y aserrín que cubrirán las calles por donde pasarán posteriormente las solemnes procesiones. El Domingo de Ramos marca el inicio conmemorativo cuando niños y jóvenes engalanados con sus mejores ropas, llevan en procesión los ramos de olivo y palmas benditas hacia la iglesia, agitándolas al ritmo de cánticos religiosos.
El Jueves y Viernes Santo estremecen al pueblo con sus procesiones silenciosas y cargadas de recogimiento. Las pesadas andas transportando a imágenes de Cristo y vírgenes dolorosas son llevadas con gran esfuerzo por decenas de cucuruchos encapuchados que recorren con caminar parsimonioso las callejuelas empedradas del centro. Finalmente el Domingo de Resurrección estalla la alegría cuando el padre anuncia desde el atrio “Resucitó”, desatando el repique festivo de las campanas y cohetes anunciando que Jesús ha vencido la muerte para dar vida eterna. Chambo revive así su esperanza cristiana año tras año.
La cantonización de Chambo en el año 1994 fue un hito trascendental que marcó un antes y después para esta pequeña parroquia rural ubicada en las faldas del Tungurahua. Tras décadas de tenaces gestiones y anhelos de sus pobladores por alcanzar una mayor autonomía administrativa, finalmente Chambo logró constituirse como el cantón número 15 de la provincia de Chimborazo.
Los primeros intentos por cantonizar a Chambo se remontan a 1937 cuando un grupo de vecinos chambusenses elevó una solicitud a la Legislatura, pero esta fue negada. No fue sino hasta comienzos de los 90s, cuando el diputado Juvenal Castillo asumió con vehemencia el histórico reclamo regional y logró que el Congreso finalmente apruebe la creación del nuevo cantón el 25 de noviembre de 1994.
La noticia cayó como un verdadero acontecimiento que despertó lágrimas de emoción y abrazos efusivos entre los pobladores, quienes de inmediato se volcaron a las calles a festejar. La plaza central se vistió de gala para recibir la primera Administración Municipal liderada por el Ing. Rodrigo Illescas, en medio de discursos, desfiles cívicos, danzas típicas y misas de acción de gracias por tan ansiado logro que marcaba el despertar político y autonómico de los chambusenses.
Tres décadas después, cada aniversario cantonal es la ocasión propicia para que Chambo rememore orgulloso aquel hito fundacional que abrió el camino para la transformación del perfil socioeconómico que hoy exhibe este progresista y pujante rincón de la patria.
La pequeña comunidad de Catequilla, ubicada en las faldas del Tungurahua en Chambo, tiene una de las festividades patronales más originales y vistosas de la zona: la fiesta en honor a la Virgen de las Mercedes.
Cada 24 de septiembre esta pintoresca aldea serrana se engalana con coloridos adornos y recibe a propios y extraños que llegan para participar de las celebraciones que fusionan ritos católicos con antiguas expresiones paganas y tradiciones mestizas heredadas desde épocas prehispánicas.
Los actos religiosos en torno a la imagen de la Virgen de las Mercedes se combinan con la Escoba de Brujas, una espectacular yúnza donde decenas de jinetes ataviados con elaboradas máscaras de madera cabalgan a toda velocidad en círculos alrededor de una gran fogata en la plaza del poblado, en medio de gritos de júbilo de los asistentes.
También se escenifica el tradicional Palo de Gallo, onde una resbaladiza asta de árbol es engrasada para que los mozos trepen y alcancen los premios allí colgados, para diversión del respetable.
Y las alegrías se extienden hasta entrada la noche, cuando la banda de pueblo, los cohetes y un desborde de comidas típicas y danzas los logran que Catequilla se olvide por un día de sus faenas agrícolas y se entregue por completo al regocijo que cada año renace en torno a la fiesta de su querida patrona.
Las tradiciones ancestrales en torno a la conmemoración de los fieles difuntos están profundamente arraigadas en poblados serranos como Chambo. Durante los primeros días de noviembre, sus pobladores mantienen la antigua costumbre de visitar los cementerios locales para homenajear a quienes ya no están en este mundo.
Desde el mediodía, una pequeña marea humana comienza a llegar al camposanto de Chambo cargando coronas, flores y los tradicionales biscochos que compartirán en torno a las tumbas de sus seres queridos. Tras rezar y entonar plegarias, limpian con esmero las lápidas mientras evocan anécdotas de sus muertos en un ambiente de profunda nostalgia y sentimientos encontrados entre la pena y la esperanza de volver a reencontrarse algún día.
Al caer la tarde, la gente emprende el retorno al calor de sus hogares, no sin antes encender velas que mantendrán viva a través de su fulgor la memoria sagrada de quienes vivirán por siempre en el recuerdo mítico de este pueblo serrano, generación tras generación. Y al año siguiente, puntualmente retornarán para seguir honrando a sus muertos como manda la tradición de sus mayores.
Las fiestas de Cantonización de Chambo, que se celebran cada 25 de noviembre, constituyen la excusa ideal para que chambusenses de todas las edades salgan a las calles a rememorar con júbilo el aniversario de la fundación de su cantón en 1994.
Los actos conmemorativos arrancan temprano con una solemne sesión del Concejo Municipal en la que se rememora la histórica fecha cuando Chambo fue elevado a cantón. Luego, la imagen del Libertador Simón Bolívar es sacada en procesión en medio de aplausos desde el edificio municipal hasta el parque central, donde autoridades y niños de las escuelas entonan el himno nacional.
Cerca del mediodía comienza el desfile cívico-militar, con bandas musicales, comparsas de baile y estudiantes marchando orgullosos portando pancartas alusivas entre consignas y vivas a la patria chambusense. Los discursos de rigor no pueden faltar para destacar los logros alcanzados desde que Chambo asumió su autonomía como gobierno local.
Y el festejo continúa por la tarde, cuando los barrios del poblado se prenden con el pasacalle de la banda de músicos que recorre uno a uno los barrios animando a la gente a salir de sus casas para sumarse al jolgorio bailando frente a sus puertas al ritmo alegre de pasillos y sanjuanitos ejecutados magistralmente por estos músicos populares. Una gran verbena familiar en las calles de Chambo para festejar un nuevo aniversario.
La danza tiene la armonía perfecta para librar de las enfermedades que era aquejada la comunidad ya que esta atribuía sus males al diablo y con esta danza que estos personajes hacían, asustaban.
Aquí mi versión parafraseada:
En Chambo encontramos manifestaciones de música popular ejecutadas por los indígenas durante sus festividades, con expresiones insuperables. Conocimos a la familia de músicos Gavilánez Díaz, en especial a Joaquín Gavilánez, un hombre culto y cultor del folclore chambusense, quién colaboró en la creación de tres piezas tradicionales del pueblo.
Estas piezas tienen origen ancestral y se interpretan en eventos específicos. «El mensaje» se canta toda la noche en compás de tres cuartos durante las bodas. «El guardián» se ejecuta en la puerta del cuarto nupcial para cuidar a los novios. «Marcial» se interpreta únicamente con tambor y pingullo durante la festividad de Los Diablitos.
La corrida de toros es otra antigua manifestación que llegó con los españoles. Tras ciertas festividades religiosas, se realizaban 8 días de corridas populares donde el pueblo vivía un espectáculo al nombrar comisiones para la banda, la bebida y el ganado, el cual era traído desde haciendas mientras sonaba la bocina. En la plaza se colocaba chicha para el público y toreros, mientras la banda musical interpretaba una conocida tonada a la que el público cantaba.
Joaquín Humberto Gavilánez, tras graduarse de música en Guayaquil, regresó a Chambo y formó la orquesta «La Lira Chambeña», agrupación que llegó a tocar en radios de Riobamba y Guayaquil. Hoy en día amenizan las iglesias de Riobamba y Chambo, además de fiestas solemnes desde 1931. Gavilánez también ha trabajado como profesor de música en escuelas, cultivando todo tipo de géneros. Cuenta con un rico y aún inédito material musical, incluyendo varios himnos de colegios locales.